Propuesta para cambiar la ley del uso del agua de riego en San Juan

Aseguran que se ha perdido el equivalente a casi 5 diques de Ullum llenos por la forma vigente de distribuir el agua de riego.

Nacionales04/11/2024Jose CasadoJose Casado

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Un centro de investigadores sanjuaninos emitió una fuerte crítica a la normativa existente sobre el manejo del agua para riego de los cultivos, y propuso que llegó la hora de cambiar algunos artículos para evitar continuar derrochando en épocas de sequía.

Aseguran que por el mal uso de la distribución de riego se han perdido el equivalente a 4,5 diques de Ullum llenos en cinco años.
 
“Si queremos avanzar a un sistema más eficiente en la gestión del agua para riego, sí hay que cambiar por lo menos el artículo 127 del Código de Aguas”, afirmó Maximiliano Batistella, investigador del INTA San Juan y miembro del comité Científico del CIGGIA (Centro de Investigación, Desarrollo e Innovación para la Gestión Integral del Agua en el Árido).

El último informe de coyuntura de octubre del centro se llama “Las restricciones de agua para riego y el falso dilema de la sábana corta”, y promete generar debate.

Batistella explicó lo que se viene planteando desde hace unos años con el agravamiento de la sequía, que en San Juan existe un coeficiente uniforme de distribución del agua para toda la superficie con derecho de riego. “O sea, le corresponde la misma cantidad de agua, en el mismo momento; a toda la superficie con derecho, sin considerar si la superficie está efectivamente cultivada o no, o el tipo de cultivo que tiene, o el tipo de suelo sobre donde está cultivado, o el clima de ese momento, que son los factores que hay que considerar para hacer una gestión eficiente del riego”, dijo el especialista.

Los problemas de la ley
“Tenemos dos problemas a raíz de eso" dijo Batistella. El primero es que cuando hay una sobreoferta hídrica, "se producen los fenómenos de revenición, las napas freáticas se acercan a la superficie y se estima que el 50% de la superficie bajo riego en San Juan, esos años, tiene problema de salinidad, con un impacto muy negativo en la productividad".

Cuando se produce lo contrario, en los años de sequía, y sobre todo cuando esos años de sequía están muy sostenidos, como viene pasando desde hace más de una década, "lo que va pasando es que no hay recarga del acuífero, al no haber una gestión integral de las presas, estamos con nuestras presas por debajo de los niveles de seguridad, lo cual es un riesgo tanto para la infraestructura de la presa como para el agua potable”, aseguró.

El especialista destacó que la mitad del agua potable que consumen los sanjuaninos proviene del dique Ullum, es superficial, y la otra mitad es del acuífero. “Y como estamos distribuyendo toda el agua para riego, no se produce una recarga en el acuífero. Eso está haciendo que se produzca un proceso de sobreexplotación del acuífero, bajando los niveles a los cuales se encontraba en promedio el agua, e incrementando la contaminación salina y de nitratos en algunas zonas”, agregó.

La necesidad de reformar el Código de Aguas es porque el artículo 127 al que aludió Batistella, prohíbe explícitamente la asignación de coeficientes diferenciales al riego, y justamente lo que tendria que hacer San Juan es regar con diferenciales para evitar los problemas enumerados anteriormente.

El documento completo se puede leer a continuación:

Las restricciones de agua para riego y el falso dilema de la sábana corta


Cada agosto, después de la monda, se inicia un debate sobre la fecha de inicio de la distribución del agua de riego en los canales. En épocas de abundancia hídrica en nuestros ríos estedebate es intrascendente, ya que elperíodo de “corta del agua” es el que serequiere estrictamente para la limpieza del sistema (monda)e inmediatamenteel servicio se reanuda. Sin embargo, esto no quiere decir que no haya problemas con el agua en los años hidrológicos ricos. Esos años el debate se centra, o mejor dichose centraba, en los problemas generados por la abundancia de agua: napasfreáticascercanasa la superficie, salinización de suelos, pérdidade productividad, problemas en el mantenimientode drenesy dañosen diferentes infraestructuras públicas y privadas (calles, edificaciones, etc).

Luego de más de una década de sequía, con los diques por debajo de los niveles de seguridad,el acuífero mostrando signos de sobreexplotación con los menores niveles de la historia y alarmantes incrementos de su contaminación y prolongados períodos de corta de agua para riego, el debate por la fecha de inicio de distribución de agua para riego se torna álgido. Y las posturas tanto por adelantar comopor retrasar la entrega tienen sus razones: los productores vitivinícolas (porque el resto de las producciones están excluidas de este debate), insisten en una entrega anticipada de agua para que los viñedos tengan las condiciones de humedad necesarias para el inicio de la brotación; por otro lado, las autoridades responsables de la gestión del recurso hídrico de la provincia, advierten que si los diques están por debajo de los niveles de seguridad corren riesgo tanto la infraestructura hídrica más valiosaque tenemos los sanjuaninos, como laprovisión de agua potable a la población.  A esto se suma la no recarga del acuífero, con los problemas antes mencionados, que también atentan contra la provisión de agua potable(la mitad del agua potable producida proviene del acuífero)y las producciones agrícolas e industriales que dependen del agua subterránea. 

El debate entonces nos lleva a la paradoja de la sábana corta, y se transforma en un enfrentamiento entre quienes deben velar por el bien común, versus lasnecesidades de un sector específico de la agricultura, muy importante en cuanto a superficie, movimiento económico e historia. La trampade este debate es que nos condicionaa pensar solo en dos opciones: ¿sacrificamos producciónvitivinícola?; ¿osacrificamos los escasos recursos hídricos incrementando el riesgo de la provisión de agua potable y la infraestructura de los diques? Dentro de este laberinto juegan fuertemente las presiones políticas y sectorialesen uno y otro sentido y, finalmente, alguiensiente quegana, pero perdemos todos.

Sin embargo, esta dicotomía es falsa y en el fragor del debate y defensa de los distintos intereses nos distraemos del verdadero problema,responsable del tamaño de la sábana. La buena noticia es que, si nos acomodamos de otra manera, la sábana alcanzaríapara todos. Ahora bien, ¿que es lo que hace que la sábana sea corta?

 El código de agua de la provincia de San Juan, en su artículo 127, establece una prohibición absurda y grave desde el punto de vista técnico, que atenta contra la eficiencia en el uso del agua para riego y es uno de los principales responsables de que en San Juan de cada 100 litros de agua que se deriva para riego, menos de 20 sean utilizados por los cultivos, independientemente si los años son ricoso pobres hidrológicamente.

El artículo en mención dice: 

*ARTICULO  127º.-Prohibiciones  expresas  de  criterios  diferentes.  La uniformidad en la distribución de las aguas públicas de cada cuenca debe respetarse en términos absolutos, salvo lo dispuesto en el art. 121 modificado. A este fin se incluyen todas las aguas públicas del territorio de la cuenca, sin distinción entre aguas de río, afluentes, arroyos, vertientes, ciénagas, desagües drenes   o   subterráneas. Queda  expresamente  prohibido  disponer coeficientes diferenciales, so pretexto de diversidad de características de tierras, cultivos, categorías de concesiones, salvo lo expresado en el art. 121 modificado,  o  a  favor  de  cualquier  otro  hecho  o  circunstancia  con  que  se pretenda justificar la discriminación.

”Por lo tanto, este artículo obliga a entregar al 100% de las tierras con derecho de riego la misma cantidad de agua en el mismo momento, independientemente si están cultivadas o no, y si los cultivos lo requieran,o no,en ese momento. Entonces,un productor de uvas tempranas en Carpintería que necesita realizar un riego de pre-brotación en la primera quincena de agosto recibirá el agua en el mismo momento ylamisma cantidad por hectárea con derecho de riego que un productor de Caucete que debería darese riego en la primera quincena de septiembre. El productor de Carpintería cosecharála uva en enero y seguirá recibiendo la misma cantidad de agua y en el mismo momento que el productor de Caucete,cuyas uvas están en pleno crecimiento. En este ejemplo solo hemos analizado una especie (vid) en dos zonas, pero se incrementa la gravedad si consideramos los factores que son fundamentales para una gestión eficiente del riegotales como: el tipo de suelo, la especie cultivada y su etapa de desarrollo y las condiciones climáticas (temperatura, humedad, viento, etc). 

Evaluaciones  de eficiencias  de  gestión  en  canales  en  el  valle  de  Tulum, realizadas por INTA en 2010, muestran que la misma es inferior al 50%. Esto quiere decir que la mitad del agua distribuida por los canales se envía en un momento en que los cultivos implantados no la requieren. Considerando el agua  derivada  para  riego  en  los  últimos  5  años,esta  pérdida  de  agua
equivaldríaa 4,5 diques de Ullum completamente llenos. Este derroche absurdo,  en  plena sequía,  es  consecuencia  directa  del artículo  127  del código de aguavigente. 

Si a lo anterior le sumamos las ineficiencias provocadas por la infraestructura de riego tanto en la distribución mayorista, como minorista, y la baja tecnificación del  riego  en  finca;se  explica  en  gran  medida  la  sistemática  pérdida de productividady diversidad de los cultivos, la sobreexplotación del acuífero, el incremento de los costos energéticos, el encarecimiento de las inversiones necesarias para tecnificar riego en las propiedades y el abandono de fincas, entre otros graves perjuicios. 

Por  lo  tanto,no  se  podrá  realizar  ninguna  acción  efectiva,  ni  inversiónde proporciones para mejorar el uso del agua para riego, ni aplicar conceptos básicos de la gestión integral del recurso hídrico en nuestra provincia, sin la modificación de este nocivo artículo.

A pesar del evidente daño que genera este artículo a la agricultura en particular, y a los sanjuaninos en general, cuando se plantea la necesidad de un debate en torno  al Código  de Agua,  se  encienden  alarmas  de  preocupación  en  los agricultores. Estas alarmas,con mayor o menor grado de razonabilidad,rondan en torno a la posible pérdidade derechos de riego vinculados a la propiedad de la tierra y la formación de un mercado de agua.

Con  respecto  al  primer  punto  es  importante  aclarar  que  la  inherencia  y perpetuidad  del  derecho  a  riego  de  una  propiedad estáamparado  en  la constitución provincial, por lo que cualquier modificación en el código de agua no puede ir en contra de esta ley suprema. Y,con respecto a la mercantilización del agua, es justamente la inflexibilidad que impone el artículo 127 la que genera un mercado informal e ilegal delaguapara riego. Por lo que suprimir o modificareste  artículosería  el  primerpaso  para  una  distribución  más  flexible,  que incrementaría la eficiencia yla equidad enel uso del recurso.

Hoy existen las herramientas tecnológicas,y el conocimiento a nivel local,para que la sábana alcance para la sostenibilidad social, económica y ambiental de San Juan. El problema no es falta de agua, ni de conocimientos.

El centro
El CIGGIA está integrado por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ), el Instituto Nacional del Agua (INA) y la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE). El gobierno de San Juan también participa. (SoloRiego)

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